Creo que ya lo he dicho pero el hecho de que el fin de semana no tenga que cumplir ningún tipo de horarios, hace que me entren muchísimas ganas de cocinar. Cuando no puedo cocinar, anoto las recetas que voy encontrando y que me interesan o las ideas que se me ocurren para ponerlas en práctica los sábados o domingos.

Llevaba varios días queriendo probar esta receta. En realidad, he adaptado un plato típico de la cocina marroquí, el Tajín de cordero a la miel. Pero, claro, mi versión se aleja bastante del original al haber usado cerdo; por no mencionar que, puesto que en mi cocina no hay ningún tajín (el recipiente de barro en forma de cono que da nombre al plato).

Ingredientes:

- La carne que prefieras usar, yo usé cerdo pero puedes usar ternera o cordero.

- Media cucharadita de jengibre en polvo.

- Media cucharadita de pimienta negra molida.

- Unas hebras de azafrán.

- Media cucharadita de canela.

- Un par de dátiles troceados (o unas cuantas pasas, si lo prefieres).

- Media cebolla picada.

- Una ramita de canela.

- Una hoja de laurel.

- Media cucharadita de cúrcuma.

- Una cucharada de miel.

- Medio vaso de agua caliente.

- Sal y aceite.

Mezclar en un plato o bol el jengibre, la pimienta, el azafrán, la sal y la canela con una cucharadita de agua. Frotar bien la carne con la mezcla por todos los lados. Lo que sobre, mezclar con los dátiles troceados.

Calentar el aceite en una cazuela, y poner las cebollas, la rama de canela y la hoja de laurel. Marcar la carne. Añadir un cuarto de vaso de agua caliente, tapar y dejar cocer a fuego lento hasta que la carne esté tierna, removiendo de vez en cuando. Vigilar por si necesitara más agua (siempre caliente, para no cortar la cocción).

Cuando la carne esté tierna y el líquido haya reducido, añadir los dátiles, la miel y la cúrcuma y dejar que cueza entre cinco y ocho minutos más.

Servir caliente. Yo lo acompañé con la ensalada tibia de patatas y tomates.